escribo en una Macintosh que compre hace más de diez años 

lo hago esperando que la noche me dé la soledad suficiente 

para desabotonarme el torso / encerrarme en la cápsula 

y pilotear esta nave que siempre termina 

estrellándose contra la penumbra 

esa es mi poesía / escribir en una máquina es mi poesía 

y si alguien me preguntara como quien quisiera escribir 

le respondería: como Verástegui o como Papasquiaro 

porque esa también es mi poesía 

esperar que ella me revuelque en la oscuridad del mar 

para empezar a escribir en un laberinto, también es mi poesía 

tratar de decir algo visceral que tome de una u otra forma sentido 

como en una película de Lynch, es mi poesía 

que mis versos suenen a tromba arrítmica 

o que calienten los huesos 

como un toque a mitad de la madrugada 

es mi poesía 

lo de la Macintosh es indispensable para mi 

sólo así siento que las palabras pueden ir y venir 

o, en el mejor de los casos, desaparecer 

convertirse en otra cosa, en otro texto 

en algo que no rompa el paracaídas y me dé en la madre 

y me den ganas de aniquilar la botella de pisco 

y tenga el violento apetito de mandar todo a la mierda 

solo para darme cuenta 

de que eso también es mi poesía.